lunes, 13 de septiembre de 2010

La Vida de la Madre Adolescente y su Bebé Suele ser Difícil

Las madres adolescentes tienden a abandonar más la educación secundaria que las jóvenes que posponen la maternidad. En 1997, un estudio demostró que sólo el 41 por ciento de las adolescentes que tienen hijos antes de los 18 años de edad termina la escuela secundaria, comparado con el 61 por ciento de las adolescentes con antescedentes sociales y económicos similares que no tienen hijos hasta tener 20 o 21 años de edad.
Al carecer de la educación adecuada, es probable que la madre adolescente no posea las habilidades que necesita para conseguir un trabajo y conservarlo. Es común que dependa económicamente de su familia o del sistema de asistencia social. Comparadas con las madres que tienen sus hijos en una etapa posterior de la vida, también es más probable que las madres adolescentes vivan en la pobreza. Casi el 75 por ciento de las madres adolescentes solteras recibe asistencia social durante los 5 años posteriores al nacimiento de su primer hijo.

También es posible que las adolescentes no hayan desarrollado todavía las habilidades para una buena maternidad o que carezcan de sistemas sociales de respaldo que las ayuden a manejar el estrés de criar un hijo.
Un hijo nacido de una adolescente soltera sin terminar la escuela secundaria tiene una probabilidad de 10 veces mayor de vivir en pobreza entre las edades de 8 a 12 años. Los niños cuyas madres son adolescentes tienen un 50 por ciento de probabilidad de repetir un grado en la escuela, y suelen tener dificultades en la escuela y dejar la escuela antes de terminar la escuela secundaria.

Riesgos para la Salud del Bebe

Un bebé de una madre adolescente corre mayores riesgos que uno de madre adulta.
En el 2002, el 9,6 por ciento de las madres de entre 15 y 19 años dio a luz bebés de bajo peso (menos de 5,5 libras (2,5 kg), en comparación con el 7,8 por ciento correspondiente a madres de todas las edades. El riesgo es mayor para las adolescentes más jóvenes: el 11,3 por ciento de las madres de 15 años tuvo bebés de bajo peso en en 2002, comparado con el 8,9 por ciento de las madres de 19 años (168.111 nacimientos, 14.920 de bajo peso).

Los órganos de los bebés de bajo peso al nacer pueden no estar totalmente desarrollados. Esto puede derivar en problemas pulmonares, como el síndrome de dificultad respiratoria, o en hemorragias cerebrales, pérdida de la vista y problemas intestinales graves.
Los bebés de bajo peso al nacer tienen 20 veces más probabilidades de morir durante su primer año de vida que los bebés nacidos con peso normal.
Otras consecuencias del embarazo en adolescentes

La Madre Adolescente Afecta a su Bebe

Las adolescentes frecuentemente tienen malos hábitos de alimentación, descuidan su dósis diaria de multivitaminas, puede que fumen, beben alcohol y consumen drogas, con lo cual aumentan considerablemente los riesgos de que sus bebés tengan problemas de salud. Los estudios también demuestran que, comparadas con las mujeres adultas, es menos probable que las adolescentes tengan un peso adecuado antes del embarazo y aumenten de peso lo que es debido durante el embarazo (lo recomendable es entre 25 y 35 libras (11 y 16 kg) para una mujer de peso normal). Este aumento de peso insuficiente aumenta el riesgo de que tengan un bebé de bajo peso al nacer (menos de 5,5 libras).
Las adolescentes embarazadas tienen más probabilidades de fumar que las mujeres mayores de 25 años de edad. En el 2002, el 13,4 por ciento de las adolescentes entre los 18 y 19 años fumaron, en comparación con el 11,4 por ciento de todas las mujeres embarazadas. 2 El fumar duplica el riesgo de una mujer de tener un bebé de bajo peso al nacer, y  también aumenta el riesgo de complicaciones con el embarazo, el nacimiento prematuro y el nacimiento de un bebé muerto.

Entre las madres de todas las edades, las adolescentes componen el grupo en el que hay menos probabilidades de que reciban atención médica prenatal a comienzos de la gestación y de manera regular. En el 2002, el 6,6por ciento de las madres de entre 15 y 19 años de edad comenzó a recibir atención prenatal en una etapa avanzada o no tuvo supervisión médica alguna (en comparación con el 3,6 por ciento correspondiente a los grupos de todas las edades).
La madre adolescente corre mayor riesgo que las mujeres de más de 20 años de tener complicaciones durante el embarazo, como parto prematuro, anemia y alta presión arterial. Estos riesgos son todavía mayores cuando tienen menos de 15 años. 2 Estas madres tan jóvenes también tienen una doble probabilidad de morir a causa de complicaciones durante el embarazo en comparación a las madres entre los 20 y 24 años de edad.

Todos los años, alrededor de tres millones de adolescentes contraen infecciones de transmisión sexual, sobre un total de 12 millones de casos registrados. Estas enfermedades incluyen la clamidia, (que puede causar esterilidad), la sífilis (que puede provocar ceguera, y la muerte de la madre o del bebé) y el VIH (el virus que causa el SIDA, que también puede ser fatal para ambos).

Consecuencias del Embarazo

El apoyo a las jóvenes gestantes garantiza una mejor evolución del embarazo y además, un crecimiento adecuado física y emocionalmente del bebé que está por nacer.
Adriana González * tenía 19 años y estaba en el último año de colegio. Aunque sus padres nunca la castigaron y siempre la escucharon, ella cree que fallaron en algo muy importante: jamás le hablaron sobre sexualidad. Cuando ella se aventuró a tener relaciones sexuales con su novio, no sabía cómo usar los métodos anticonceptivos y mucho menos se le pasó por la cabeza exigírselo a su pareja. El colegio de monjas tampoco le ayudó a salir de su ignorancia.
Ella creyó que con un lavado de sus genitales después de la relación estaba a salvo, pero después de que pasaron un par de semanas y el periodo no llegaba, tuvo sospechas. Esperó con paciencia a que las primeras manchas en su ropa interior le dieran la feliz noticia de que aún no sería mamá, pero los senos pesados y el dolor en sus pezones parecían mostrarle lo que ella se negaba a creer.
Su novio estudiaba en otra ciudad y a través de una llamada telefónica le contó que sus aventuras inseguras darían fruto. Un examen en la Cruz Roja le confirmó a la pareja que no había duda. Hoy con 24 años, Adriana tiene a una pequeña de 4 años.
Esta es la historia de tan solo una de las adolescentes que sin buscarlo pasan de jugar con muñecas a cambiar los pañales de sus hijos. Uno de cada 100 niños nacidos en el mundo es hijo de una de ellas y entre las consecuencias está el riesgo de presentar complicaciones a la hora del parto, la salud de su bebé, sin contar con el aspecto emocional, porque la mayoría pierde a sus parejas.
“Para nadie es un secreto que el embarazo adolescente es un problema social, porque a menor edad la relación de pareja es muy inestable. En los estudios que hemos hecho, determinamos que el 54 por ciento de las adolescentes son abandonadas por sus parejas, incluso desde el momento en el que se enteran del embarazo”, dice Nubia Farias, pediatra de la Universidad Nacional, que trabaja con adolescentes gestantes de la localidad Rafael Uribe en Bogotá, junto con un grupo de estudiantes de medicina y pediatría.
Dice Farias que en este ambiente muchas jóvenes ven el embarazo como una manera de independencia y autonomía de sus familias y buscan un hijo para sentirse autosuficientes. Sin embargo, las adolescentes de mayor edad, que se acercan a la etapa de adultas jóvenes, optan por ser madres de familia, tras haber escogido una pareja y crear un proyecto de vida.
“Las causas de estos embarazos tempranos están ligadas a la pobreza y a la falta de educación, eso es innegable y lo han reconocido todos los grupos de investigación y la situación se ve como un gran riesgo social”, confirma Farías.
También se suma el inicio temprano de la sexualidad. Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (2005) hay niñas que comienzan su vida en pareja a los 12 años.
Imagen:Embarazo.gif
Efectos en el niño
Según Julio César Reina, puericultor (experto en infancia) del Centro Médico Imbanaco en Cali, las mujeres jóvenes tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo, debido a la inmadurez de su organismo. “En los países en desarrollo, por ejemplo, tienen bajo peso al nacer y mayor morbimortalidad (probabilidades de presentar enfermedades o de morir). Un estudio que se realizó en el sector de Aguablanca en Cali, determinó que el 25 por ciento de las niñas había tenido su primera experiencia sexual a los 15 años y el 42 por ciento a los 12 años.
Estas mujeres tienen mayor riesgo de presentar un parto prematuro, mortalidad del bebé, anemia, sangrados, eclampsia (elevación de la presión acompañada de convulsiones, niños con bajo peso, entre otras complicaciones.
La familia y la prevención
Un buen ambiente familiar es un factor ideal que ayuda a disminuir la tasa de embarazos adolescentes, pero cuando estos se presentan, los padres o los adultos a cargo, comprenden y respaldan a la adolescente en el proceso. Esto garantiza también un adecuado crecimiento y desarrollo del bebé.
“Estudios médicos realizados en Inglaterra – dice la pediatra Farias - aseguran que no es útil explicarles a los jóvenes solamente sobre los métodos de anticoncepción, sino ofrecerles proyectos de vida, perspectivas de estudio, y además, sitios a donde puedan acudir por información o por los métodos, programas de atención y prevención integral, lugares en donde sean recibidos amablemente y tengan atención médica, espacios de socialización. Ese sería el ideal que pretendemos tener”.
Los adolescentes deben encontrar en casa y en los adultos, una guía, la imagen para imitar; es importante que tengan un adulto significativo que los acompañe y que las respalde para estar crear así proyectos de vida.
Muchos creen que la información induce a la promiscuidad; sin embargo, es la falta de esta la que los pone en riesgo. Adultos capacitados que informan a los jóvenes aportan a que menos niños nazcan sin haber sido deseados.